lunes, 22 de diciembre de 2008

Heraldo de Aragón recoge en un reportaje las justificaciones de Red Eléctrica a la línea de Alta Tensión entre Monzón e Isona

En su edición de ayer domingo 21 de diciembre, Heraldo de Aragón publicaba un reportaje, firmado por Elena Puértolas, con el título "Red Eléctrica justifica la línea de alta tensión por abastecer al AVE y conducir energías renovables", en el que destacaba las ventajas que para Red Eléctrica de España y su delegado regional para el Ebro, José Ignacio Lallana, tiene el proyecto de conexión entre Monzón e Isona con una línea eléctrica de 400 Kv.
El texto nos ha sorprendido por un tratamiento del asunto en el que se minimiza la oposición que el proyecto de Red Eléctrica ha despertado en las comarcas afectadas, que parece quedar reducido a "algunos afectados ya han presentado objeciones", sin citar en ningún momento al importante número de asociaciones, partidos políticos, personas y municipios que han mostrado ya su total oposición a éste. Del mismo modo, se ignoran absolutamente los argumentos en contra de la línea expuestos por la Plataforma Unitaria contra la Autopista Eléctrica, cuya oposición parecería basarse únicamente, según el reportaje, en el hecho de que la línea recupera el viejo Proyecto Graus-Sallente (aspecto que refuta "convenientemente" el señor Lallana, quien insiste en que la línea no busca una conexión con Francia, como si ésta fuera la única o la principal objeción de los afectados) o bien en "la preocupación de comarcas como La Ribagorza, que sienten que generan mucha más energía de la que consumen".
Frente a esto, el reportaje destaca de manera insistente las justificaciones de REDESA, tanto a través de las palabras del señor Lallana, como mediante una columna a la derecha de la foto central que, bajo el título "LAS VENTAJAS PARA REE", pone en primer plano los 5 puntos con los que REDESA justifica en su "Documento inicial" los diversos proyectos que, en un único paquete, incluyen  entre ellos la conexión Monzón-Isona. Es más, el propio titular, así como la foto que encabeza el reportaje (una de las pilonas de la antigua Línea Aragón-Cazaril, llena de nidos de cigüeña), destacan aquellos argumento de REDESA que, como dijimos en entradas anteriores, tratan de "vender" su proyecto "lavándole la cara" con términos cargados de connotaciones positivas como "energías renovables" o haciendo mención a la necesidad de mejorar el abastecimiento para el AVE.
Cabe preguntarse tras la lectura del texto si Heraldo de Aragón desconoce el Manifiesto elaborado en Tremp por la Plataforma Unitaria contra la Autopista Eléctrica pues la única mención a ésta se hace en términos un tanto ofensivos para los afectados, que son calificados como "detractores", y se vincula exclusivamente al antiguo proyecto de conexión con Francia, como si, de nuevo, éste fuera el único motivo en contra propuesto por la Plataforma:

Las similitudes con el viejo proyecto han puesto en pie de guerra a los detractores de aquella línea con la que coincide parte del trazado de la anterior a la que tanto se opusieron. Pero además, será también una línea de alta tensión de 400kW. Para algunos municipios, como Fonz, las afecciones serán exactamente las mismas. Por eso, el pasado sábado se constituyó en Tremp (Lérida) la Plataforma unitaria contra la autopista eléctrica.

De hecho, en ningún momento, se recogen, como contrapunto a las razones de REDESA, los puntos de este manifiesto, que refutan con argumentos de peso y punto por punto las supuestas ventajas del proyecto, muy en especial su propia necesidad y el hecho de que no proporcione beneficio alguno para La Ribagorza o el Pallars, pese a la insistencia del reportaje en que "mejorará el suministro en todas las localidades del trazado", lo que no se justifica ni explica en ningún momento.
Antes al contrario, por muchas razones, se diría que el reportaje, consciente o inconscientemente, favorece la estrategia de REDESA de dividir a los posibles afectados (citando palabras de Lallana, justifica la existencia de hasta 13 alternativas para la línea como una forma de encontrar la mejor opción posible), trata por todos los medios, pese a la evidencia del uso de las antiguas pilonas no derruidas, de desvincular este proyecto con los anteriores Aragón-Cazaril y Graus-Sallente (no haciendo mención alguna a las sentencias contra la antigua línea) y hace hincapié en las virtudes que para el desarrollo ("AVE", "energías renovables", "utilidad pública") tendría la línea, dejando en mal lugar, por tanto, a los posibles afectados que serían una especie de "detractores" que se opondrían al progreso.
El texto ignora, en fin, que la preocupación de los habitantes de las comarcas afectadas tiene mucho más que ver con los peligros que la línea supondría para su salud (en especial en pueblos como Cofita, Pueyo de Marguillén o Aler, que podrían quedar a una distancia muy pequeña de los campos electromagnéticos generados por la línea) o con la negativa repercusión para lo que es la única fuente de riqueza de estas tierras tan poco desarrolladas, como es, hoy por hoy, su patrimonio natural. 

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