Como decíamos en una anterior entrada, en la que gráficamente comparábamos el holocausto judío con los crímenes de guerra cometidos por Israel en la Franja de Gaza, la diferencia más sangrante que encontrábamos entre ambas situaciones era la impunidad de los asesinatos masivos cometidos por el poderoso ejército israelí. Por ello, ahora que la sangre empieza a secarse y la prensa empieza, en consecuencia, a olvidar la atrocidad, se hace necesario insistir de nuevo en poner a todos aquellos (palestinos o israelíes) que tengan las manos manchadas de sangre ante la justicia. Sólo así podrá construirse la paz que todos dicen desear.
Os dejamos con un par de enlaces que abundan en estas cuestiones:
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